“Todos soñamos todas las noches, aunque algunas personas no lo recuerden”, esto es lo que dicen los expertos en Neurología y Psiquiatría.
Algunas personas pueden dormir sin problemas, sin embargo otras tienen pesadillas y no logran descansar durante el sueño.
¿Cómo podemos definir a las pesadillas?
1. Son sueños cargados de ansiedad.
2. El nivel de actividad mental en la pesadilla es importante y el contenido es claro, lúcido y sofisticado.
3. Los sueños y, por lo tanto las pesadillas, se producen durante la fase REM esta fase se llama así por los movimientos oculares rápidos, es una fase del sueño en la que se da una activación de la corteza cerebral y, a la vez, una paralización del aparato locomotor.
El sueño no REM es más frecuente al principio de la noche, mientras que más tarde los periodos de sueño REM se hacen más extensos.
4. Las pesadillas ocurren en los dos últimos del ciclo del sueño.
5. A lo largo de la noche todos tenemos despertares que duran unos segundos y que, por lo general, no recordamos. Durante esos microdespertares, el modo de funcionamiento del cerebro pasa de sueño a vigilia.
Los terrores nocturnos son un tipo de trastorno del alertamiento y se producen durante estos microdespertares.
5. Las pesadillas son más frecuentes durante la infancia. El 24% de los niños de entre dos y cinco años tiene al menos una pesadilla al mes. Esta cifra aumenta hasta el 41% cuando se trata de niños de entre seis y diez años, mientras que a partir de los diez años, baja hasta el 22%.
6. La prevalencia de pesadillas es similar en los niños y en las niñas hasta la pubertad. A partir de entre los 13 y los 16 años, las pesadillas disminuyen drásticamente en los hombres mientras que en las mujeres desciendan más lentamente.
7. En los adultos, con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años, la prevalencia de pesadillas oscila entre el 2% y el 5%. “No hablamos de tener alguna pesadilla, pues todo el mundo las ha tenido alguna vez, sino de personas con trastorno de pesadillas, lo que implica al menos una mensual”, precisa.
8. Las pesadillas pueden producir insomnio, pues el hecho de despertarse de noche debido a una angustia puede hacer difícil volver a dormirse y alterar de esta manera el descanso nocturno. Otra consecuencia de dormir mal por la noche es que puede haber somnolencia durante el día, con el consiguiente cansancio y falta de concentración, lo que puede afectar al rendimiento escolar o laboral.
9. Respecto a las causas que pueden producir pesadillas en los adultos, destacan episodios de estrés, traumas, y a la toma de ciertos medicamentos. Se ha comprobado que ciertos fármacos antidepresivos propician un incremento de las pesadillas. Aunque hay otros fármacos, que aumentan las pesadillas al dejar de tomarlos.
10. ¿Qué hacer para evitar las pesadillas? Es muy importante mantener una buena higiene del sueño, pues si dormimos menos tiempo del que necesitamos, el porcentaje de sueño REM va a ser mayor. Además de evitar ver películas de terror antes de ir a dormir.
Fuente: El Pais.es
