Torre Latino: Admirar la ciudad desde el cielo

En el corazón de la Ciudad de México sobresale la estructura solitaria de la Torre de Seguros Latinoamericana.

En medio de edificios coloniales, del bullicio, de millones de mexicanos que transitan la zona diariamente, el edificio emerge de lo que hace siglos fue el corazón del Anáhuac; el corazón del imperio mexica.

La Torre Latinoamericana es el primer rascacielos de América Latina, el primero en construirse en una ciudad de más de 500 de años de existencia y es, hasta el momento, un símbolo de la capital de México. Fue además el primeor en el mundo en construirse con una estructura de aluminio y vidrio y el pionero en construirse en una zona de alta sismicidad como es la capital del país.

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Ubicado en la esquina que forman las calles de Madero y el Eje central Lázaro Cárdenas, el edificio tiene una altura de 188 metros.

Fue diseñada por el arquitecto mexicano Augusto H. Álvarez. Obtuvo el récord del rascacielos más alto del mundo fuera de Estados Unidos y por lo tanto de Iberoamérica. Fue el edificio más alto de Latinoamérica de 1956 hasta 1972 cuando fue superado por el Hotel de México, actualmente el World Trade Center Ciudad de México.

El terreno en donde actualmente se levanta la Torre Latinoamericana fue ocupado antiguamente por la casa de animales del Tlatoani Mexica Moctezuma II , y tras la conquista, se construyó el antiguo Convento de San Francisco.

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(Foto: Chad Santos)

Como heredera de la tradición prehispánica y colonial, así como símbolo de un México que entraba por la puerta grande a la modernidad, la Torre Latino es un must del turismo en la capital: para ello ofrece su mirador en el que se puede observar toda la capital del país: desde los terrenos del aeropuerto y el lago de Texcoco hasta el cerro del Tepeyac, antiguo guardian de la ciudad de México; las cosmopolitas Polanco y Santa Fe hasta una vista inmejorable del Zócalo de la Ciudad de México, la plaza pública más antigua e importante del continente.

Sube al mirador, observa y empápate del corazón de México: siente el viento en tu rostro y enamórate de su diversidad, de lo que fuimos, somos y seremos.