Charlie Gard, de 10 meses de edad, nació en Reino Unido con una enfermedad genética que no le permite respirar por sí solo ni mover sus extremidades.
Sus padres lo internaron en un hospital con la esperanza de poderlo someter a un procedimiento experimental que le diera una mayor esperanza de vida, pero el staff del hospital se rehusó a hacerlo. De hecho, le aconsejaron a la familia que lo mejor era desconectar al bebé y darle una muerte digna.
Los padres se negaron, así que el hospital llevó el caso a tribunales y, por primera vez en la historia, un tribunal británico decidió que el bebé tendría que ser desconectado, como sugería el hospital.
El caso se volvió mediático y hasta el Papa Francisco opinó en contra del tribunal.
Pero ahora el presidente Donald Trump también entró al debate y por medio de Twitter cedió su apoyo a los padres y les aseguró que en Estados Unidos los ayudarían a darle otra oportunidad de vida a su hijo.
Según la orden del tribunal, Charlie debió ser desconectado el viernes pasado, pero le dieron tiempo a la familia de despedirse.
Ahora, con el reciente mensaje de Trump, la situación podría cambiar.