Hay quien no lo sabe pero existen programas informáticos especializados en automatizar el proceso de compra de entradas. Algunos, por ejemplo, pueden rellenar los formularios en milisegundos. Incluso se pueden esquivar los CAPTCHA para lograr una compra instantánea y no perderte los lugares de Ticketmaster que estás buscando.
Sin embargo, cuando no logras por ningún motivo comprar los tickets, las alternativas que quedan han orillado a millones a acercarse al mercado negro de reventa de boletos.
Ken Lowson es un reconocido vendedor en este mercado, se le conoce como uno de los estafadores que más se ha lucrado con la compraventa ilegal de tickets. En entrevista con Motherboard, reveló que sus estrategias para compra-venta hacen que los fans se vuelvan locos y paguen cantidades absurdas en reventa.
Lowson es uno de los fundadores Wiseguy, una red de compraventa de entradas fundada en 1999 y cuya sede estaba en Las Vegas. Justo antes de que se popularizase Ticketmaster, operaban por teléfono. Desde Wiseguy llamaban a la compañía vendedora algunos minutos antes de que se pusieran las ventas. Cuando ña compañía les contestaba los hacía perder minutos con preguntas acerca de sus servicios, y cuando llegaba la hora en que podían comprar, antes de colgar pedían las entradas que estaban buscando y así eran los primeros en obtener boletos.
Sin embargo, cuando se crearon los sistemas automatizados de venta, Lowson se las ingenió junto con programadores para crear un software para pasar los filtros de seguridad. Incluso lograron esquivar los CAPTCHA al enseñaron al bot a hacer coincidir cada clave con su imagen.
La empresa de Ken Lowson comenzó a crecer e invirtieron en servidores más potentes. Y así, en lugar de vender directamente a los fans, se hicieron fuertes en el sector a base de negociar buenos precios con otras empresas de reventa, lo cual detonó en un negocio con cifras elevadas. “Tomamos la decisión de ser los mejores compradores de entradas, no necesariamente los mejores en la reventa”, contó Lowson.
Entre 2001 y 2010, Wiseguy compró y revendió aproximadamente 1,5 millones de tickets, por lo que acumularon más de 25 millones de dólares. Hasta que en marzo de 2010 agentes del FBI los detuvieron bajo acusaciones en las que violaban la Ley de Fraude por 42 delitos.