¡Increíble! En el universo de lo impensable, entra esta nota. Resulta que Milo Sutcliffe originario de la ciudad de Corpus Christi, Texas se encontraba trabajando su jardín a lado de su esposa, cuando de pronto desenterró una víbora de cascabel de más de un metro de longitud. ¡Qué miedo!
Al momento el hombre la decapitó con su pala y el peligro parecía ausente. Sin embargo, al agacharse a recoger los restos del animal, la cabeza decapitada del reptil lo mordió inyectándole su veneno mortal.
Al momento su esposa lo trasladó al hospital en donde tuvo que recibir 26 dosis del antídoto contra el animal y hasta el día de hoy no termina de recuperarse de las secuelas de la ponzoña de la víbora. Ya que hoy aún padece de insuficiencia renal pero al menos sobrevivió el ataque.