Shirley Mina Yamauchi había comprado con tiempo de anticipación boletos para ella y su hijo, Tazio, para volar en American Airlines de Hawaii a Boston, donde debía dar una conferencia.
Pero cuando ambos se encontraban en sus respectivos asientos, llegó una aeromoza y le dijo que el asiento de su hijo ahora iba a ser ocupado por otro pasajero, por lo que el pequeño debía viajar sobre sus piernas.
La maestra originaria de Hawaii temió quejarse de este abuso porque recordó los escandalosos casos que ha protagonizado esta aerolínea recientemente, el más violento de ellos cuando agentes de seguridad sacaron a rastras a un pasajero asiático por no querer regalar el asiento que él había comprado.
“Comencé a recordar esos incidentes de United que salieron en las noticias. La violencia. Soy asiática. Estaba asustada e incómoda. Estaba con un pequeño. No quería salir lastimada. No quería que esas cosas me pasaran”, explicó Shirley en un noticiero, después de que compartió lo sucedido y este caso se hizo viral.
“Tuve que viajar con mi hijo sobre mi falda. Pesa once kilos. La mitad de mi estatura. Estuve muy incómoda. Mi mano, mi brazo izquierdo estuvieron apretados contra la pared. Perdí la sensibilidad en mis piernas y en mi brazo izquierdo”.
Llegando a su destino, la mujer intentó hacer una queja formal, pero después de hablar con más de cinco personas, todas le dijeron que no podía hacer nada al respecto y que no le podían regresar el dinero que pagó por el lugar de su hijo.
“Cada uno que decía querer ayudarme se contradecía con el anterior”, dijo.
Cinco días después de lo sucedido, un vocero de United Airlines le escribió:
“Le devolveremos el pasaje de su hijo y le daremos un viaje. Estamos hablando con nuestro personal de puerta para que esto no pase nuevamente”.
