Dos menores de edad, explotadas sexualmente, señalaron que numerosos capos mexicanos asistían a las fiestas en donde eran obligadas a trabajar. Asimismo, aseguraron que el cantante Joan Sebastian estaba relacionado con el abuso del que fueron víctimas.
En su columna en El Universal, el periodista Héctor de Mauleón, habla sobre el caso de “Amanda” y “Julieta”.
El pasado 19 de junio de 2014, ante la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Personas y Órganos de la PGR y en presencia de una psicóloga y dos testigos de asistencia, Amanda, una niña de 12 años, explicó que pasó de mensajera de Los Rojos (Cartel del Golfo) a ser sexualmente explotada en un prostíbulo de Taxco, en donde un grupo criminal ofrecía a niñas de entre 2 y 20 años de edad. Es ahí que Amanda asegura haber visto al cantante Joan Sebastian.
“Joan Sebastian les decía a las ‘chicas’ que ellas eran sus princesas y él las cuidaría como su papá”, afirma el documento, en el que Amanda, también aseguró que les regalaba zapatos y accesorios en oro.
Un año después de las declaraciones de Amanda, se presentó Julieta a rendir su testimonio. La adolescente de 16 años explicó que comenzó a trabajar en el antro de Temixco: El Sexto Sentido. Ahí, tenía que beber con los clientes y bailar en la pista. Posteriormente, fue invitada como “dama de compañía” a una fiesta realizada en una casa. Entre los invitados, se encontraban, Edgar Valdez Villareal, La Barbie, El Negro, El Guacho, El Rulo y El Seven. Durante la reunión, Julieta fue testigo del asesinato de “Nicole”, otra de las “damas de compañía”, quien murió de manos de La Barbie, después de que se negara a satisfacer los deseos del capo.
Julieta explicó que poco después de la fiesta, varias jóvenes de El Sexto Sentido fueron solicitadas para asistir a un evento que se realizaría en el rancho de Joan Sebastian y al que asistió La Barbie. Fue el mismo cantante quien eligiera a la “mercancía” de un álbum con fotos, la mayoría, menores de edad.
Julieta logró escapar un año más tarde del abuso, por lo no que nunca llegó a estar en el prostíbulo en el que Amanda estuvo. Sin embargo, el columnista asegura que ambos testimonios se tocan.
Con información de El Universal y Global Media