Se ha podido comprobar que el consumo moderado de vino tinto incrementa notablemente el deseo sexual femenino, las propiedades del vino lo hacen un potente afrodisiaco más que ninguna otra bebida.
El vino tinto calma los nervios, combina bien con una buena comida e incluso proporciona la oportunidad de impresionar si la pareja tiene poco conocimiento enológico.
El olor de la uva, la coloración escarlata profunda y la explosión de sabor que golpea el paladar hacen que nada hable de seducción tan bien como el vino tinto.
Un estudio realizado en la Universidad de Florencia, en Italia, confirma que tomar vino tinto con moderación eleva el deseo sexual en las mujeres. Se hicieron pruebas con 798 mujeres, con edades que variaban entre 18 y 55 años (todas italianas, de la zona de Chianti, en Toscana). Se repartieron en 3 grupos:
Las que no bebían vino
Las que bebían una copa diaria
Las que bebían entre 1 y 2 copas diarias
Los resultados de este informe fueron publicados en “The Journal of Sexual Medicine” (Revista de Medicina Sexual).
Conclusiones:
En las mujeres que bebían entre 1 y 2 copas de vino diarias, las respuestas a los deseos sexuales eran más elevadas que en los otros 2 grupos.
La edad no cambia el resultado, el mismo efecto afrodisiaco tienen una par de copas de vino en una mujer de 30 años que en una de 50 años.
Se comprobó que tomar dos copas de vino antes de tener relaciones ayuda a que la mujer alcance el orgasmo más rápido y contribuye a incrementar el deseo sexual. Ojo hablamos de vino tinto o blanco o rosado, no así con bebidas alcohólicas tipo ron, whisky o tequila
Las 798 mujeres tuvieron que responder a 19 preguntas, todas ellas de carácter sexual y básicamente sobre su índice sexual y la frecuencia con la que practicaban sexo.
Ya se sabía que las bebidas alcohólicas aumentan el flujo sanguíneo, pero el vino en especial lo hace en zonas erógenas claves de la mujer, de ahí su poder “afrodisiaco” en las mujeres.
Vino combinado con algunos alimentos se puede potencializar el efecto en el libido: apio, ostiones crudos, plátanos, aguacate, duraznos, fresas, huevos, hígado, higos, ajo, calabaza y chocolate.
