La ‘tragedia’ de las algas que invaden las playas del caribe se puede revertir en un exitoso proyecto.
El mexicano Omar Vázquez, encontró en el sargazo una oportunidad para hacer crecer su negocio de jardinería desde 2015, cuando las playas de Quintana Roo recibieron los primeros recales masivos.
Al principio utilizó el sargazo como abono y lo vendía a sus clientes en pequeñas cantidades. Cuando el fenómeno climático hizo llegar más algas a las costas, Vázquez hizo las primeras pruebas para fabricar ladrillos.
Hoy el sargazo es transformado en bloques para muros de viviendas. “Fue como regresar a mis raíces, regresar a mi casa en la que yo crecí, una casa de adobe en Ocotlán, Jalisco”, relató Vázquez a medios locales del estado.
Primero el recuerdo, luego la idea, pasaron a las pruebas y hoy es una realidad, el sargazo se puede transformar en material de construcción.
En el vivero Blue-Green en Puerto Morelos, Vázquez continúa haciendo pruebas, está convencido de que es la solución ideal.
“Utilicé el sargazo como materia prima principal y de ahí se puede hacer todo el compostaje, toda la materia orgánica para lograr lo que hoy es el ‘sargablock’, el primer bloque de sargazo (para la construcción) en el mundo, patentado desde 2018”, señaló.
Vázquez trabaja en un conjunto de 10 casas, para familias de escasos recursos, que quedarán listas al finalizar el año; para luego enfocarse en un proyecto privado en Tulum, también en Quintana Roo, donde les pidieron construir una cantidad similar para una zona residencial.