Carlos Mota, en su columna de El Financiero, considera que Virgilio Andrade
“Lo conozco desde el ITAM, la universidad que mejores servidores públicos ha aportado al país durante los últimos lustros. Virgilio no es mi amigo cercano; no lo veo los fines de semana, ni le llamo para contarle mis problemas…
Virgilio ya declaró que actuará con la ley en la mano, y no con la amistad como premisa de su trabajo. No dudo que, como todos, él también se regocije cuando los amigos prosperan en sus actividades profesionales. No obstante, como él mismo señala, hay pruebas documentales que habrán de analizarse y se constituirá un panel de expertos para juzgar los temas sensibles de las casas polémicas de la esposa del presidente y del secretario de Hacienda”.
Con su análisis Mota abre, para los más incrédulos, una perspectiva objetiva. Al tiempo se verán los logros de Andrade “les dará lecciones poderosas de civismo, haciéndoles ver que el primer gran escalón que hay que subir en el país es simple y llanamente el del cumplimiento de la ley”.
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