Según investigadores del Douglas Mental Health University Institute de Canadá, es perjudicial para el cerebro vivir en grandes ciudades.
“¡Bendito seas maldito Distrito Federal!” Es un dicho común, aplicable a otros grandes centro urbanos. Las comodidades, los centros de entretenimiento, la cúpula del desarrollo, los centros económicos, entre otras cosas, hacen que las personas quieran vivir en las ciudades, sin embargo, el estrés, el tráfico, el ritmo de vida, hacen difícil desarrollar tolerancia en los individuos.
Hace poco se habló en este mismo medio informativo que el ruido causa, incluso, esterilidad. Aunado a eso puede provocar severos daños a la salud mental. Los trastornos de ansiedad, la hipersensibilidad, son efectos ya conocidos, pero se descubrió que también puede aumentar la posibilidad de sufrir esquizofrenia.
Según Jens Pruessner, coautor del estudio “La incidencia de la esquizofrenia es casi el doble en las personas que han nacido y crecido en las ciudades“, estos valores son un motivo de preocupación. Aunque todavía no se conocen los rasgos biológicos que propician este efecto, sí es un primer indicio para hacer una investigación más exhaustiva.
En estudios realizados en colaboración con el Instituto Central de Salud Mental en Mannheim, Pruessner seleccionó a un grupo de personas sanas y observó que las procedentes de ámbitos rurales presentan menor estrés ante diversas situaciones. Al analizar estos impulsos con resonancia magnética observó que los habitantes de las urbes son quienes resienten más los efectos que el estrés causa en la amígdala.
Fuente: ABC
Foto: Get the party