World Of Warcraft (también conocido por sus siglas WOW) es un famoso y aclamado juego en la red. Si no lo has jugado, quizá hayas oido de él en algún lado, pero si ya lo juegas probablemente no puedes dejarlo. ¿Qué hace a este juego tan adictivo?
Esta invención de Blizzard Entretainment, famosa desarrolladora y distribuidora de videojuegos, atrajo a millones de jugadores, y causa tanta dependencia que casi todos ellos pagan religiosamente la cuota mensual necesaria para poder seguir jugándolo en línea. Parece tener una de las curvas de aprendizaje más magistralmente calculadas de la historia de los videojuegos, y a pesar de parecer sencillo, esconde una enorme compeljidad que vas descubirendo poco a poco conforme lo juegas.
Este videojuego es un mundo virtual y fantástico donde vives una vida paralela a través de tu personaje. Es una sociedad utópica con sus propias reglas naturales. El truco principal con el que te engancha el juego es que te va otorgando ‘microsatisfacciones’ cada vez que completas alguna tarea. Estos pequeños logros se obtienen mucho más fácilmente que en la vida real, lo cual da la sensación de “sentirse realizado” que a veces nos hace falta en la vida cotidiana. Es por ello que la mayoría de sus jugadores queda totalmente enganchado al juego, y algunos de ellos teminan viviendo más horas en ese mundo virual que en la realidad.
Es probablemente uno de los principales juegos que han conseguido cruzar la línea de la diversión para entrar en la descripción de droga dura.
Tampoco se trata de demonizar al juego. El jugador debe estar consciente en todo momento de cuando deja de ser sana la cantidad de horas al día que se juega. Por lo pronto, si no lo has probado y eres susceptible a las adicciones, mejor aléjate. Podrías acabar viviendo el resto de tu vida como un trol o un elfo virtual.
Fuente: Alt1040
Foto: Tech Herald