¿Y a mi qué me importa la crisis de EUA?

Mucho se habla y se especula sobre la crisis financiera de Estados Unidos, la rebaja de la calificación de su deuda, y la desaceleración de la economía norteamericana pero ¿cómo nos afecta en la vida real y en el día y a día? Hay tres efectos fundamentales: Se generan menos empleos, el salario real de los trabajadores cae, y las remesas disminuyen

Recordemos primeramente que Estados Unidos es el principal socio comercial de México, y cualquier fenómeno que afecte su economía, nos afecta directamente también a nosotros.

¿Qué pasa cuando se detiene la economía estadounidense? En primer lugar, las exportaciones de productos mexicanos (principalmente del sector industrial y manufacturero) se reducen, lo cuál afecta los ingresos de las empresas mexicanas.

Esto dificulta que se puedan dar aumento de salarios, lo cuál, aunado al crecimiento natural de precios (inflación) que se da en nuestro país,  el salario real cae; es decir, con el mismo salario, cada vez alcanza para menos cosas.

Aunado a esto, la actividad turística se ve fuertemente afectada, perjudicando al sector hotelero, restaurantero y a todas las actividades vinculadas a este sector. Miles de familias tendrán menos ingresos.

Por otro lado, en el mejor de los casos las empresas dejan de contratar, si no es que despiden personal. Si está usted desempleado, o es recién egresado, el abanico de sus posibilidades estará reducido en los próximos meses.

En cuanto a las remesas, resulta evidente que el hecho de que la economía norteamericana entre en recesión, afectaría a todos los migrantes que laboran allá, lo que repercutiría en los millones de dólares que son enviados cada año en remesas a nuestro país.

En resumen, no es que la economía mexicana este a punto de entrar en una severa crisis, despidos masivos, o aumento desmedido de precios, pero las expectativas de crecimiento, de generación de empleos, y mejores salarios están a la baja.

¿La solución? eliminar la dependencia que tenemos con Estados Unidos; si bien es cierto que es la economía más fuerte del mundo, no es conveniente tener “todos nuestros huevos en una sola canasta”.

Es necesario incrementar relaciones comerciales con otras regiones, particularmente Sudamérica, Europa y China, así como fortalecer el mercado interno generando más y mejor infraestructura, mejores salarios y más empleo. Mientras sigamos teniendo una absoluta dependencia de nuestros vecinos del norte, cualquier “catarrito” que suceda allá, se convertirá en una pulmonía para la economía mexicana y principalmente, para su bolsillo.