Yo invito pero tú pagas

Que los hombres se encarguen de todos los gastos está pasado de moda. Pero creo que dicha costumbre no será erradicada jamás; sobre todo porque las mujeres no lo vamos a permitir.

La equidad de género es lo mejor que nos pudo pasar…Hasta que, de tanto trabajo, no da tiempo de ir al gimnasio y se sube de peso; o simplemente la educación recibida no nos permite imaginar un futuro dentro de una oficina hasta los 65 años.

Ya había hablado de la dependencia económica, pero sus repercusiones dentro del vínculo familiar pueden afectar el ámbito sexual, o arraigarse hasta masacrar el amor en menos de un año. Sobre todo cuando ella gana más que él, porque estamos programadas para la pasividad.

No hay nada más atractivo que un hombre protector que lo tiene todo bajo control. Si ellos dependen de nosotras, les perdemos el respeto simple y sencillamente porque no estamos en esa parte de la evolución como sociedad (No somos caballitos de mar).

La disparidad de ingresos puede derivar en sadismo, al controlar a la otra persona por medio del dinero, o detonar dinámicas de competencia malsana. Por eso hay que hablar de la distribución de gastos desde el principio, y acordar algo con lo que ambos se sientan cómodos. Porque justo estamos en una época de transición donde las mujeres trabajamos pero podemos aportar menos al hogar ya que nos toca cuidar a los hijos y los hombres no se salvan de “salir a cazar” y pagar el cine.

Muero de curiosidad por ver cómo será dentro de 40 años.