Un ingeniero chino se cansó de su soltería y desarrolló su propia novia robot el año pasado y hace unos días celebró su boda, aunque actualmente el matrimonio entre humanos y robots no es legal en ninguna parte del mundo.
El ingeniero, Zheng Jiajia, celebró su boda con su novia-robot como si fuera un casamiento convencional, gracias a su dominio de la inteligencia artificial. Su “esposa” fue bautizada con el nombre de Yingying.
Zheng, de 31 años, decidió formalizar su relación después de tres meses de relación.
Yingying presenta algunas carencias que la alejan de una mujer real: no puede andar y sus capacidades comunicativas son limitadas. Sólo puede pronunciar algunas palabras conectándose a un ordenador con textos y archivos de audio almacenados.
Pero al parecer ha sido suficiente para que Zheng Jiajia encuentre la felicidad, después de llevar muchos tiempo soltero.
Con información e imágenes de playground.