Después de unos días vacacionando en Costa Rica, la familia Rindone regresó a su vida normal en San Gabriel, California. Todo parecía normal hasta que el Andrew, el hijo pequeño de tan solo 7 años, comenzó a quejarse por un pequeño bulto en su cabeza.
Los padres del niño lo llevaron al pediatra, quien le diagnosticó una infección y le prescribió antibióticos.
Después de estar unos días bajo tratamiento, las molestias se agravaron. El dolor cada vez era más intenso y la protuberancia continuo creciendo hasta el punto que un pequeño agujero apareció.
Un día Andrew estaba sentado en el sillón con su madre Jennifer, cuando repentinamente vio algo moviéndose en el cuero cabelludo de su hijo. La madre se horrorizó al identificar larvas en la cabeza del pequeño.
Andrew fue llevado al Hospital de Niños de Los Ángeles, en donde le fueron extraídas los insectos de forma segura y sin causarle efectos negativos.
El médico detalló que se trataba de larvas de moscardón, una especia que no es común en Estados Unidos, pero sí de las regiones tropicales y subtropicales.
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