Una clínica de odontología pediátrica en la ciudad de Northbrook, en el estado de Illinois, Estados Unidos, tuvo la idea de incluir en el personal a una Golden Retriever como perro de terapia.
Se trata de Jojo, una perra de seis años, que ya tenía experiencia laboral desempeñando ésta labor.
Desde hace dos años, Jojo asiste mensualmente a la clínica para trabajar como asistente dental para el doctor Paul Egger y el doctor Thomas Resnick.
Jojo se recuesta sobre las piernas del paciente, quien puede acariciarlo mientras dure la intervención, lo que ayuda a los niños a calmarse y relajarse.