Se ha comprobado que son dos los meses del año en los que planeamos hacer cambios de hábitos, por la sencilla razón que sentimos como la oportunidad de empezar de nuevo, son: enero y septiembre.
Enero porque comienza un nuevo ciclo en el calendario. Septiembre porque venimos, en la mayoría de los casos, de un periodo vacacional, en el que pudimos tener excesos y también porque en verano los humanos tenemos tendencia a meditar lo que se hizo bien o mal durante el primer semestre del año.
En este mes sentimos que tenemos una nuevo espacio para modificar hábitos antes de llegar el mes que lo perdona todo: diciembre.
Cinco acciones para hacer cambios y ajustar hábitos:
1. Plantea tres retos o metas, para realizarlas en tres meses de forma realista. La idea es que a medida que vayas alcanzando las metas la motivación irá aumentando y la confianza se verá fortalecida.
2. Elije el momento adecuado. Alcanzar el éxito de nuestro propósito depende en gran medida del factor oportunidad. Si inicias el proceso de cambio en un momento de estrés o problemas personales, es menos probable que logres las metas del primer punto.
3. Cree en lo que quieres conseguir, debes estar plenamente convencido de lo que quieres hacer y recordar cada día los motivos por los que realizas el esfuerzo.
4. La motivación es el verdadero motor que convertirá tus propósitos en realidad. Hay que olvidarse del calendario, por ejemplo: si en tus metas está aprender un nuevo idioma no será porque lo hayas decidido en septiembre, sino porque estabas absolutamente convencido de que quieres hablarlo.
5. El tiempo que tardemos en incorporar o eliminar un hábito dependerá de varios factores, entre ellos, del carácter y del tipo de conducta que queramos cambiar. Pero no debemos olvidar que más importante que el tiempo que empleemos en el proceso de transformación es que valoremos la consecución de las pequeñas metas que nos llevan hacia el logro del objetivo final.