Las palabras no son suficientes para describir lo que el contacto físico transmite, según Matthew Hertenstein, psicólogo de la Universidad DePauw, vivimos en una sociedad con fobia al contacto.
Un abrazo es “el arma secreta en muchas relaciones exitosas”, es una forma de lenguaje que apenas empieza a decodificarse. Dar y recibir un abrazo puede disminuir la ansiedad, proveer reafirmación y disminuir el dolor.
El contacto cálido estimula la “hormona del amor”, la oxitocina que aumenta el sentido de confianza y apego.
¿Por qué dar y recibir abrazos?
Genera confianza
El contacto puede promover la cooperación. Al tocar a nuestro interlocutor creamos una conexión que puede inclinarlo a ayudarnos. Tocar a una persona en el brazo lo puede motivar a ofrecer un mejor desempeño.
Promueve lazos
Un toque en el brazo o una palmada en la espalda permite hacernos sentir importantes, promover los lazos y mejorar la comunicación.
Antes de de tocar a una persona, asegúrate de que tu relación con ella lo permite o pregúntale si está bien que la toques.
Pensar antes de abrazar
Tómate un momento para meditar lo que vas a transmitir; recuerda que hay una alta posibilidad de que pueda percibirlo.
Trata de que siempre sea de una manera respetuosa y que tus manos se encuentren lo más limpias posible.
Provoca emociones
Observa los distintos escenarios en que decides tocar a alguien; mira lo que te gusta y te hace sentir bien, y cuida lo que provocas en los demás.