Abuelo de 79 años crea el primer parque de diversiones que funciona sin electricidad (Fotos)

Algunos de nosotros seguimos siendo niños, al menos en el corazón, y la mejor prueba es este hombre de 79 años que creó el primer parque de diversiones en el mundo, que no utiliza electricidad.

Bruno Ferrin podría parecer un adorable abuelo, y nada más. Pero detrás de su amigable cara podrás encontrar a un físico e ingeniero que ha pasado gran parte de su tiempo fabricando este parque de diversiones que no usa electricidad para que los niños lo puedan disfrutar de forma ¡completamente gratuita!

Este parque se ubica en Treviso, Italia, y cuenta con 45 atracciones para niños de todas las edades. La temática del parque se basa en músculos, energía y gravedad, y aunque suene un poco cansado, de hecho es un muy buen ejercicio.

Bruno decidió crear este parque de diversiones un mes después de que su familia abriera su restaurante italiano llamado Ai Pioppi, en 1969. En ese momento, Bruno compartió su idea con un herrero local, de Nervesa della Battaglia, Italia, y desafortunadamente el herrero no pudo ayudar mucho por falta de tiempo. Pero eso no detuvo a Ferrin, por lo que el mismo aprendió a soldar para hacer su sueño realidad.

“La mayoría de mis ideas se me ocurren en la mañana. Cuando despierto temprano, camino entre la naturaleza, veo las hojas cayendo con el aire y luego me pongo a pensar cómo se pueden usar para una atracción nueva. Luego me pongo a trabajar y no me detengo hasta que esté concluida”, declaró Bruno. También, comentó que sólo le toma algunas horas crear simples atracciones como columpios, mientras que los juegos más complejos pueden tardar varios meses para fabricar.

Mientras que su fuerza física se ha visto un poco mermada debido a su edad, es su entusiasmo el que le permite seguir trabajando. Él conceptualiza las nuevas atracciones en su mente, y se asegura de tener todas las ideas claras en su cabeza para crearla. Piensa sus ideas por meses, cómo se puede modificar y crear… Hasta que es una idea perfecta. Y ahí es cuando la diversión comienza con la experimentación.

Cuando le preguntamos por su creación favorita, respondió que “no le puedes pedir a un padre de 10 hijos, escoger a su preferido”.

La entrada al parque es gratuita, y los ingresos para el parque se consiguen por medio del restaurante Ai Pioppi, que también lo opera Bruno con ayuda de su familia.