La psicopatía es un trastorno que mina la capacidad social. Los individuos que tienen estos rasgos, por lo general tienen una marcada frialdad o apatía, siendo incapaces de admitir culpa o sentir remordimientos por un acto.
Una personalidad psicopática es manipuladora, saca provecho para sí y, aunque tiene clara la diferencia entre lo bueno y lo malo de sus acciones, poco o nada le importa. Estas características afectan todo el entramado social del psicópata. Así, las personas con este tipo de personalidad carecen de afecto o expresividad en sus gestos; su manera de comportarse puede ser en exceso narcisista, demostrando un egocentrismo marcado.
Los psicópatas encantadores
Uno de sus rasgos particulares, pese a sentirse superiores al resto del mundo y moverse en él como quien hace un sacrificio para conseguir sus maquiavélicos fines, el psicópata puede mostrarse amable, simpatizando con las personas a quien pretende manipular.
En ese sentido, puede mostrarse ausente de muestras de nerviosismo, controlando perfectamente lo que dice con lo que piensa, pues los psicópatas tienen un alto nivel de inteligencia. Llegan a mentir flagrantemente con tal de lograr su cometido. La persona con psicopatía demuestra un alto nivel de irresponsabilidad y falta de compromisos.
Causas y tratamiento
El comportamiento humano tiene tantas variantes, que estudiarlo se vuelve fascinante. El cerebro, con su complejidad de percepciones y visiones del mundo, nos muestra que este órgano ciertamente determina nuestra condición humana, para bien o para mal.
Aunque se ha estudiado el fenómeno en las ciencias sociales y la psicología, hasta el momento no hay evidencias científicas que puedan demostrar cuál es el verdadero origen de la psicopatía. Tampoco el tratamiento tradicional de la psiquiatría, parece tener un verdadero efecto de mejoría en el comportamiento del individuo.
Fuente: Batanga