Una pareja uruguaya, Cat y Guille, se animaron a sus 23 años de edad a salir de viaje por Latinoamérica, en 1999. El viaje los llevaría a encontrar un camino de vida.
Dos años después de ese primer viaje juntos, Cat y Guille volvieron a Uruguay sintiéndose otros: “Había nacido en nosotros una necesidad de buscar, de conocer, de crecer viendo el mundo”, señalan.
Y así lo hicieron. 18 años después, siguen en marcha, buscando su lugar en el mundo, pero ahora junto a sus dos hijos, Mitaí y Unay.
Cat (es artista visual y poeta), Guille (fotógrafo, editor, realizador), Mitaí (3 años) y Unay (6 años) son una “familia de artistas, viajeros y soñadores”.
La familia viaja a bordo de la “casita Carakol”, como llaman a su pequeña casa rodante. En menos de 6 metros cuadrados, el vehículo cuenta con dos butacas para el conductor y el acompañante y otras dos butacas más en la parte trasera para los niños, con un pasillo central y dos asientos laterales traseros más.
Las butacas traseras se convierten en una cama de dos plazas; al igual que las que se encuentran detrás del conductor y el acompañante, que se transforman en otra, también de dos plazas.
Además, cuenta con cocina con lavabo, armarios, cajones, hornallas y refrigerador. También, posee un baño con agua fría y caliente, ducha y retrete.
Desde hace 18 años han viajado por Latinoamérica, Europa, Asia y un poco de África. Y aún tienen planes de recorrer más países. Durante sus viajes, ellos proyectan cine gratis y exponen sus obras.
