Kyle Smith y su perro Bodza, ambos miembros de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, habían pasado por mucho juntos, así que cuando llegó el momento de despedir al canino, el militar se mantuvo a su lado hasta su último aliento.
Bodza, un pastor alemán de 11 años, trabajó como perro de detección de explosivos. Salvó vidas humanas olfateando bombas en Iraq, Kirguistán y Kuwait.
La pareja comenzó a trabajar junta en 2012, y desde el primer día de trabajo juntos, se convirtieron amigos inseparables.
“Me encantó trabajar con él porque me enseñó mucho -paciencia y cómo entender que este trabajo no es sobre uno mismo. Me seguía por todas partes y me decía buenas noches, todas las noches.”
Desgraciadamente, en el verano de 2016 Bodza, fue diagnosticado con mielopatía degenerativa, una enfermedad incurable que afectó a su médula espinal. Smith podía ver que Bodza tenía dolor, por lo que decidió ponerle fin a su sufrimiento.
“Al momento de dormir, él mantuvo una sonrisa mientras yo lo sostenía”, dijo Smith. Los nueve compañeros de trabajo de Smith estuvieron allí para apoyar a Smith, quien estaba devastado por la partida de su amigo.
“Era completamente desinteresado – más que cualquier humano que he conocido nunca … lo extraño cada día.”
Con información e imágenes de Bored Panda
