De acuerdo con Scott Carney, autor del libro “Lo que no nos mata”, los humanos tenemos habilidades que viven ‘escondidas’ y que nos permiten resistir condiciones climáticas extremas y soportar el estrés físico, entre otra cosas.
1. Control del subconsciente
En su libro, Carney recuerda que su investigación sobre los “superpoderes” humanos comenzó estudiando al conocido como ‘hombre de hielo’ holandés, Wim Hof, quien ha demostrado en varias ocasiones su capacidad de soportar el frío extremo.
El propio Hof explica que la clave para lograrlo está en técnicas como la meditación y el control de la respiración, así como en la propia exposición a las bajas temperaturas.
Scott Carney, concluyó que Wim Hof poseía el “superpoder” de controlar su subconsciente para adecuar su temperatura, el cual se suma a la resistencia que su cuerpo ha adquirido y entrenado con cada encuentro con el hielo.
2. Resistencia a las grandes altitudes
El análisis de Carney continuó en América del Sur, donde encontró poblaciones indígenas que han vivido en sitios de gran altitud durante miles de años.
Lugares como Cuzco, en Perú, donde después de un día de llegar las cosas se vuelven más fáciles para los turistas. Su cuerpo se adapta, las células rojas de la sangre comienzan a cambiar la forma en que reaccionan y se “aferran” al oxígeno.
Lo mismo sucede con los indígenas, cuyos sistemas ya han logrado adecuarse a un ambiente con reducidos niveles de aire.
3. Apenas respirar
A lo largo de la historia del ser humano, este siempre se ha mostrado curioso de los ‘secretos’ que reposan en el fondo del mar.
En 1949, cuando el apneista italiano Raimondo Bucher dio a conocer sus intenciones de sumergirse hasta 30 metros, los científicos pensaron que la presión lo mataría.
Sin embargo, poco después, lo vieron regresar a la superficie sano y salvo, evento que dio inició a la tradición de la apnea moderna, cuyos límites aún son explorados por el humano.
Según Scott Carney, sumergirnos en el agua reduce nuestra frecuencia cardiaca, así como la necesidad de consumo de oxígeno, especialmente cuando realizamos esta actividad con cierta frecuencia.
Un ejemplo de este “superpoder” es el del alemán Tom Sietas, que en 2012, logró aguantar la respiración durante 22 minutos y 22 segundos.
4. Ecolocalización
Sabemos que ciertas especies, como los murciélagos y los delfines, exploran el mundo que les rodea con ayuda de la ecolocalización, es decir, la emisión de sonidos y la interpretación del eco que producen al ‘chocar’ con los objetos que se encuentran a su alrededor.
Hoy sabemos que Pero el ser humano también puede desarrollar esta habilidad. Scott Carney se encontró durante su investigación con el caso de Daniel Kish, un estadounidense cuyos ojos tuvieron que ser removidos de su cuerpo cuando tenía apenas 13 meses de edad debido a la presencia de cáncer en ellos.
Desde entonces ciego, Kish, logró convertirse a temprana edad en una persona con el “superpoder” de la ecolocalización, el cual, con sólo hacer un sonido de ‘click’ con la boca, le ha permitido desde montar en bicicleta hasta caminar por el desierto.
5. GPS interno
Mientras más intentamos ubicarnos mejor funciona nuestro sistema ‘GPS interno’. Así lo dice Carney en su libro, quien durante sus recorridos por el mundo encontró que quienes menos tienen acceso a la tecnología más desarrollada tienen esta habilidad.
Los antiguos exploradores fueron capaces de encontrar el rumbo con simples direcciones cardinales o hasta guiándose por las estrellas pero, de acuerdo con Scott Carney, la clave está en entrenar nuestros ‘mapas mentales’, ya que permiten al cerebro ubicarse cada vez mejor en el espacio.
Después de describir estos superpoderes como el mismo Scott Carney les llama, él recomienda a sus lectores tener cuidado y tomar precauciones al intentar desarrollarlos.