La semana pasada, las autoridades de Florida arrestaron al gerente de un restaurante y lo acusaron de asesinar a su empleada y novia, Savannah Gold.
Los detectives a cargo de la investigación sospecharon que Lee Rodarte Jr. mató a la joven y después usó su teléfono para mandarle un mensaje a su familia diciendo que iba a huir de la ciudad.
Este fue su intento de desviar las sospechas de él, pero no funcionó.
Todo comenzó como un reporte de persona perdida, cuando encontraron el carro de Savannah abandonado en el estacionamiento del restaurante con las llantas ponchadas y su bolsa en el asiento.
El video de seguridad mostró a Rodarte peleando con Savannah, después conduciendo el auto lejos de ahí con ella adentro.
“Hey, sólo quería decirte a ti y a mamá que conocí a un gran chico y vamos a huir juntos”, decía uno de los mensajes que recibió el papá de la víctima. “Lo amo y nos vamos esta noche, les llamo después, cuando lleguemos a nuestro destino”.
Mensajes como éste le llegaron a varios familiares y amigos y esto se les hizo sospechoso, pues la ortografía estaba mal y ella no escribía así.
Cuando fue interrogado, Rodarte confesó de haberla matado y tirado su cuerpo en un lago cerca de ahí.