La meta

¿QUÉ NOS MUEVE?

Por ALEJANDRO MUELAROMERO

@alexmuelaromero

La meta

Leyendo las anteriores entregas de esta columna, repasé los temas para lograr seguir, más o menos con una continuidad sobre el tema de emprendimiento, análisis y comentarios que hago sobre, lo que para mí, ha funcionado en el camino hacia mis metas.

Puse primero a consideración mi opinión sobre los cambios que todos debemos hacer cuando queremos ir tras un objetivo, tenemos que adaptarnos a esas cosas que no tenemos y queremos lograr, tenemos que ir aprendiendo mediante la prueba y error en el trayecto sin perder la motivación.

Después viene el tema de perder el miedo a lo desconocido, propuse educarnos y aprender en los temas referentes a nuestros objetivos. Si queremos llevar a buen puerto nuestros proyectos, deberemos saber muy bien qué terreno vamos a pisar y estar preparados para enfrentarnos a las adversidades y qué hacer cuando nos topemos con el éxito.

Por último, en la anterior reflexión propuse el recobrar o fortalecer el uso de los valores universales como compañeros y herramientas fundamentales para nuestro viaje.

Pero bien, ya tenemos la idea, estamos motivados con ella, conocemos perfectamente las condiciones, obstáculos, oportunidades, fortalezas y debilidades con las que contaremos o a las cuales nos enfrentaremos, no tenemos miedo y tenemos una clara idea de hacer lo que tenemos qué hacer y hacerlo bien.

En esta ocasión, me gustaría platicar con ustedes lo que para mí es una meta.

Siempre ha llamado mi atención, el por qué mucha gente y peor aún muchos jóvenes, cuando se refieren a lograr sus metas, usan una expresión un poco confusa, dicen: ¿Quiero ser alguien en la vida?

Mi madre, desde muy pequeños nos decía, no se preocupen por ser alguien en la vida… desde que nacieron ya son. Apoyado en esta idea creo que es importante saber y siempre tener claro que no importa a dónde quieres ir o qué quieras sumar a tu experiencia de vida, debes siempre tener claro y en primer plano que ya eres alguien, alguien irrepetible y único.

Posiblemente verás a otras personas y sentirás, por tu ego distraído y tu autoestima dispersa que eres alguien menos o más que esas personas, en ambos casos es negativo.

La comparación, la crítica, la envidia, los celos y todos los antivalores no afectarán nunca a ningún ser humano que los provoque, solo a quien los sienta.

Alguna vez una persona me regalaba un “amuleto” para las malas vibras, y le dije: “Amigo, yo hago en esta vida lo mejor que puedo y siempre trato de hacerlo bien, yo no me preocupo por las malas vibras, solo me preocupo por que la mía sea lo más buena que se pueda y con eso es suficiente.”

Entonces al pensar en tu objetivo de vida, una muy buena referencia de éxito, es que sume, que construya, entre más gente necesites para lograrlo e impactes positivamente sus vidas, el éxito será más y llegará a ti de una manera vertiginosa.

No estoy diciendo que sea fácil el entender a todo mundo y saber qué hay en los otros costales, no solo depende del que lo va cargando, se necesita tener una habilidad que yo llamo “El poder de la doble perspectiva”.

Voy a invitarlos a hacer un ejercicio que realicé alguna vez con un “coach” colombiano muy bueno.

Pongan sus dedos índice justo frente a sus ojos, pegados por la punta uno contra el otro, ahora pierdan su vista y cuando estén listos separen apenas unos milímetros.

Lograrán ver una “salchicha voladora” flotando literalmente entre las dos puntas de sus dedos.

Si lograron hacerlo, entonces bienvenidos al club. Ustedes son capaces de ver cosas que no existen, cosas intangibles que con un poco de esfuerzo, creatividad y buena actitud podrás ver.

Entonces busquen siempre tratar de ver más allá de los intereses individuales, sean capaces de ver las necesidades de los otros y aprendan a hacer valer las suyas, traten de ponerse en los zapatos del otro y entender para así poder ponerse de acuerdo. Siempre entendamos que todos nos necesitamos y que todos llegamos a coincidir en esta vida para ayudarnos, para sumar, para ganar juntos.

Muchas veces estamos muy pendientes de los políticos, de los artistas, de los sacerdotes, de los problemas de aquí y de allá, yo sé que a veces es necesario estar informado o comentar, pero en el tema de nuestra vida, los invito a reflexionar qué tanto nos preocupamos por la vida y obra de otros que por la vida y obra de nosotros mismos, hay que buscar también las historias de éxito y engrandecerlas, comunicarlas y comentarlas, que eso se contagia.

El mundo sigue girando y el único activo fijo, que no se devalúa pero que se va, es el tiempo.

Mi intención con esta entrega es invitar a todos los jóvenes principalmente, que se entusiasmen con sus proyectos, que crean firmemente que todo lo que quieran lograr es posible, que no están solos, que busquen esos socios y emprendan el proyecto de la empresa de su vida.

Es más dulce y satisfactorio el sabor de boca que deja evitar una guerra que ganarla.

 

¡Mucho éxito!