Hace aproximadamente un mes, la víctima de este caso que se llama Andrea Guillemot, adquirió un departamento en la colonia Narvarte de la Ciudad de México, en donde encontró un gato que presentaba fuertes rasgos de maltrato y en un estado bastante descuidado, por lo que decidió adoptarlo y hacerse cargo de él.
Al preguntar a los administradores del edificio por el animal, le respondieron que era de la inquilina pasada y al momento de dejar el departamento, abandonó al gato en el lugar.
Después de varias semanas de que la joven alimentó, cuidó y regularizó la situación médica del animal, durante la mañana del jueves 22 de septiembre, la supuesta dueña del gato y ex habitante del mismo departamento que se llama Marcia María Ortega Osuna y tiene 32 años de edad, se presentó en la puerta de Andrea y exigió que le entregaran al animal y amenazó con denunciarla por robo.
Para entregárselo, Andrea sólo pedía que le mostrará la cartilla y documentos del gato para cerciorarse que estaría en buenas condiciones, a lo que la agresora respondió violentamente ingresando al domicilio de la víctima, tirándola al suelo y golpeándola en repetidas ocasiones en la cabeza y cuerpo, y cuando el novio de Andrea intentó separarla, la agresora mordió al joven en la pierna provocándole un profundo corte.
Después de recibir amenazas como “no sabes con quién te metiste, pregunta por mi papá” consiguieron llamar a las autoridades, y al llegar al lugar para trasladar a los involucrados al ministerio público a levantar la denuncia, Ortega Osuna fue liberada pues la víctima no presentaba “lesiones graves”, a pesar de que fue incapacitada por más de tres semanas como resultado de los golpes y heridas que la mujer provocó.
Además, la víctima acusó que la agresora se encontaba claramente intoxicada y aprovechó la corrupción del lugar para zafarse de ese problema. Asimismo, aseguró que las mismas autoridades le aconsejaron que “mejor aceptara una lana” para que esto no se hiciera más grande.
Al final, este caso quedó impune como miles más en México, y Marcia María Ortega Osuna está en libertad pudiendo agredir a alguien otra vez en cualquier momento.
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