Jemina Layzell de trece años murió en el 2012 en Reino Unido debido a un aneurisma cerebral, antes de morir pidió a sus padres que lo que quedara de ella fuese destinado a ayudar la vida de otros.
Los padres de la menor cumplieron la petición y aunque al principio les causo dolor, ahora se sienten orgullosos de la decisión de su pequeña pues ha roto récord salvado ocho vidas.
Sophy Layzell madre de la menor espera que al dar a conocer la historia de su hija muchas familias hablen sobre el tema y así la cultura de la donación de órganos aumente, ya que según estadísticas de NHS Blood and Transplant el año pasado murieron 457 personas esperando un trasplante.