Pam y Dave Zaring son un matrimonio que quiso inmortalizar a su familia en su aniversario de bodas, en lo que pensaron, sería una gran fotografía, sin embargo, las cosas no resultaron como querían.
“No es una broma. Le pagamos 250 dólares por una sesión de fotos familiar a una fotógrafa que afirmaba ser una profesional”.
Y así lo creyeron durante la sesión fotográfica, pues al parecer todo había salido muy bien y ellos lo habían disfrutado, pero al momento de ver el resultado se dieron cuenta de que los habían engañado, aquí la muestra:
“Ella nos ha explicado que las sombras fueron un auténtico problema durante aquel día hermoso, despejado y soleado, y que su profesor nunca le enseñó a retocar las fotos. ¡No me he reído tanto en años!”
Por lo visto, la pareja tomó esta experiencia con un humor, ¿tú que hubieras hecho?