Los niños de la villa de Chidza en Zimbabue, han encontrado un lucrativo negocio que no solo los mantiene ocupados en el día, también se encuentran activos en las noches mientras corretean entre los maizales a los roedores que venderán al siguiente día.
Entre los maizales de noche se logran distinguir las luces de las lámparas con las que son perseguidos los ratones que solo se alimentan de granos y hojas, estos son atrapados para después ser vendidos como un delicioso manjar.
Durante el día las carreteras del poblado se llenan de pinchos con ratones que fueron asados al carbón y sazonados con sal, los conductores pueden conseguir 10 ratones por un dólar.